Desde pequeño, me decían en la familia que la Universidad era la mejor inversión para acceder a una buena y cómoda vida. La universidad para ese tiempo, recién vuelta la democracia, era una casa de estudios en donde uno paga o se endeuda en la formación, los menos se beneficiaban de becas. Claro, si bien un alto porcentaje de primeras generaciones comienzan a entrar por primera vez a la universidad, aún es fundamental la calidad de la educación que se obtenga en la primaria y la secundaria, y la colaboración de una diversa cantidad de estímulos educativos recreados por la familia.
Hoy, ya un adulto, resulta que no basta con la Universidad y el título que te cataloga como profesional, ni las conservadoras y rutinarias posibilidades de trabajo que pagan algo muy alejado a lo que pudiéramos catalogar justo, aseguran que puedas acceder a una calidad de vida que satisfaga tus necesidades de crecimiento y desarrollo.
Ahora, la moda para laburar en ambientes donde consideras que te ofrecen oportunidad de formación, proyección, pago justo, y apoyo a la construcción de una sociedad más justa y libertaria, es el tener un cartón que diga que eres Magister o Doctorado, algo claramente costoso, incluso más que el pago o endeudamiento de la Universidad. ¿Qué vendrá después como invento del mercado?, ¿un título honorífico de noble?.
En tiempos donde reina el capitalismo –libremercadista o estatal- gracias a la desidia y complicidad de la mayoría de la población, nada puede ser muy distinto a eso. Educación de mercado acompañada de Salud de mercado, transporte y alimentación de mercado, en fin, en los últimos 30 años los derechos se convirtieron en créditos de consumo y los deberes en libertad de compra. Las cúpulas militares y eclasiásticas juntas, más la compañía de empresarios cegados de codicia, han creado un Chile que avanza triste y deprimido, estresado y enojado. Desigual.
Pero siempre en todos rincones se encuentran los corazones que laten fuerte, una mujer que defiende postanatales, una radio que comunica en la ilegalidad, un parque convertido desde sus mismos ocupantes, son ejemplos inmediatos que se me vienen a la cabeza. Sindicatos, Clubes Deportivos, Juntas de Vecinos, Centros Culturales y Federaciones de Estudiantes también se están colmando de inconformistas que construyen. El pueblo nación Mapuche resistiendo como hace 518 años. Ambientalistas que se organizan para defender su cultura de vivir se multiplican gracias a la desidia del gobierno de turno y la ambición destructiva de transnacionales y nacionales.
Sumando y sumando, desde todos rincones se van encontrando para conversar y dialogar, para discutir lo que se quiere construir y comenzar poco a poco a edificarlo. Los poderosos de hoy tiemblan y sacan a los entrenados para reprimir la rebelión y construcción popular; los poderosos de hoy tiemblan, se esta pensando y trabajando para cambiar el modelo, y lo hacemos por las generaciones futuras, pero también por nuestros pueblos, y por nosotros mismos.
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