domingo, 25 de octubre de 2020

365 días después, Chile Renace

El 25 de Octubre del 2019, y con los militares en la calle pues Piñera le había declarado la guerra a su propio pueblo (Motivado por la “inteligencia” de las FFAA supimos recientemente), el país fue testigo de la movilización más multitudinaria que haya parido el territorio, más de 1 millón 200 mil personas por las calles de Santiago. Todos y todas salían a movilizarse por más de 30 años viviendo un modelo de desarrollo que era modelo, pero solo para una minoría del país (20% talvez)

365 días después, y con el contexto de una pandemia mundial mal controlada por el Gobierno, nuevamente son millones que salen desde sus hogares, pero ahora a los lugares de votación para decidir así, continuar o no con la Constitución que cimienta al sistema económico neoliberal, sistema que fue ampliamente cuestionado en las votaciones que dieron casi un 80 % a la opción del apruebo una nueva constitución.

Fue un día que comenzó temprano. Dormí poco, estaba ansioso, se sabe que hoy 25 será un día histórico para el país, más que mal, se acababa con la Constitución de Pinochet y el tipo de sociedad y modelo socioeconómico que instauró en el país. Algunos inclusive, nos llamaron el laboratorio del Neoliberalismo como la web rebelión.org.

Y bueno, el experimento no soporto más de 30 años con una democracia de baja intensidad que administró el modelo sobre la base de la corrupción político empresarial. En otras palabras, la gran mayoría de los políticos no reflejaba la voluntad de sus electores, sino que de sus financistas, como Ponce Lerou, Luksic, Angelini y tantos más que “aportan” a buena parte del espectro político, o les dan trabajo cuando éstos no están administrando el Estado.

Hoy, me marcaron muchos momentos que me emocionaron erizando la piel. Sofía la chica de 17 años que no podía votar pero que fue a regalar lápices azules, o Nancy la señora de Lo Hermida que se emocionaba al recordar lo que se estaba votando y que lo realizaba pensando en las generaciones venideras. Fue el mayor número de votantes desde el regreso de la “democracia”, todos y todas quisimos ser parte del hecho histórico que permite el renacer del país.

Ese Renace (como salió en la torre telefónica), lo debemos agradecer principalmente a quienes no pudieron sufragar, lxs estudiantes secundarios que iniciaron el proceso de transformación rebelándose ante un alza del metro que afectaba a sus padres y abuelos. Fue el 1er Torniquete saltado, ahora acabamos de saltar el torniquete de la Constitución de Pinochet.

Ahora vamos a saltar el torniquete del neoliberalismo, y eso lo hacemos con una nueva constitución, esa que acabe con las bases que permiten la desigualdad, precariedad y corrupción actual. Es decir, lo que nos trajo hasta aquí. 

lunes, 19 de octubre de 2020

Estallido de impunidad de la policía política de Chile

 


1 año y 1 día de la explosión que hizo estallar por los aires el oasis de Sebastián Piñera el 18 de Octubre del 2019. La mecha la encendieron estudiantes secundarixs evadiendo el metro ante el alza de la tarifa a los adultos (ni siquiera a ellos), también ante las frases burlescas de quienes detentan el poder en la administración del Estado.

La gota que rebalsó el vaso fueron 30 pesos que resumieron 30 años de mercado y capital por sobre la vida, derechos y ecosistemas. 30 años de administrar el modelo neoliberal de Friedman y entregar todo el poder al mercado gracias a un Estado pequeños y subsidiario. Y no fue precisa y exclusivamente Piñera y la derecha los mayores administradores, fue una centro izquierda neoliberal que hoy se sienten ofendidos cuando no se quiere pactar con ellos por quienes queremos construir alternativa al neoliberalismo como dogma de sociedad.

Una explosión de un país que parecía adormecido pero que estaba fuertemente enrabiado, se rebeló y exigió finalizar el sistema que funciona en base a una alta desigualdad, una inhumana precariedad, y una considerable corrupción político empresarial. ¿Respuesta del Presidente talvez meditada mientras comía pizzas?: declarar la guerra al propio pueblo que gobierna y sacar los militares a la calle. “La burguesía no tiene miedo de recurrir al fascismo para defender sus privilegios”, decía Durruti en el siglo pasado, creo que aplica a nuestra realidad actual. Pero la respuesta de la población fue contundente, las mayores movilizaciones de los últimos 30 años y con ellos militares debieron volver a sus cuarteles, ellos no tenían la solución para lo que se demandaba en las calles.

Y los 12 meses de revuelta popular pausada por una Pandemia respiratoria que profundiza las desigualdades y por lo mismo las hace más visibles, nos hablan de más de 40 muertes asociadas a la rebelión (Aníbal Villarroel, en La Victoria el 18 de octubre del 2020, la última víctima); más de 400 personas mutiladas y 2 personas cegadas completamente (Gustavo y Fabiola); y más de 2 mil jóvenes encarcelados por más de 10 meses en algunos casos, ¿su delito?, protestar con rabia. Hubieran sido empresarios o políticos sorprendidos en casos de corrupción, una multa, clases de ética, y para la casa.

La gran mayoría de las víctimas de violencia policial aún no accede a justicia, teniendo el INDH la sistematización de todos los procedimientos que se han levantado y el mínimo avance en ello. En otras palabras, opera la impunidad en la violación a los derechos humanos, impunidad entregada por el poder político con Piñera y Pérez a la cabeza. Tampoco se accede a reparación de los daños perpetrados por los agentes del Estado. Incluso los recursos en vez de irse en las víctimas o en el personal de salud que ha dado la lucha contra la pandemia, se entregan en bonificaciones a Carabineros y Militares, los llamados a reprimir las movilizaciones de las mayorías (¿A los infiltrados les llegará doble bono?, talvez uno por cada identidad, quien sabe).

Existe Impunidad y una dantesca parcialidad en el poder político utilizando a las fuerzas represoras. El gobierno invoca la ley de seguridad del interior del Estado por un profesor que destruye un torniquete del metro, pero comprende a parte del gremio camionero que corta caminos y que presiona a que el poder legislativo apure las leyes de seguridad que incentiva el propio gobierno. La policía compartía asados mientras cuidaba la movilización camionera, y eso, la transforma en policía política, pues solo se ocupa con los adversarios del gobierno de turno o del poder fáctico que controla realmente las riendas del país. Uno de los fundamentos de la acusación constitucional contra Pérez es justamente eso.

Rozas, el general responsable máximo de todos los crímenes que han cometido sus subalternos, 1 año después sigue respaldado por el gobierno. Queda claro entonces, que la tesis de que las policías se mandan solas, es una sutileza que permite desligar al Presidente Piñera de la responsabilidad de mando sobre carabineros. 

Imagino al empresario a cargo de Chile, diciéndole al General Rozas y con presencia de Chadwick y Ubilla, “haga lo que tenga que hacer para contener las manifestaciones”. 

“Pero Presidente…” dice el General…

… “Lo que tenga que hacer”, repite Piñera, arreglándose el cuello de la camisa.