miércoles, 20 de enero de 2010

ME DOLIÓ LA GUATA PERO REINA EL OPTIMISMO

Eran las 18 hrs. y luego de haber hecho una pasada por el colegio donde había votado -para despachar a Radio Placeres-, ya se sabía que la extrema derecha completaba el póker de aces y accedía al esquivo poder político.

Desde la guata

Mi primera reacción fue dolor de estómago, el cuerpo acusaba un certero golpe al bajo vientre y se sucedían cuan fantasmas los rostros de Longueira, Arancibia, Romero, Larraínes y compañía. La gran mayoría fervientes católicos que dicen defender la vida y por ello se oponen al aborto o a la píldora del día después, aunque claro, de forma cínica por otro lado callan sus bocas para referirse al asesinato y desaparición de personas cometidos en Dictadura Militar.

¿Qué pasará con la cultura?, se preguntan algunos amigos del gremio cultural. Adioses a los homenajes a Víctor y Violeta. Circo por montones reemplazarán a las figuras del folklore nacional. La “cultura entretenida” tipo Kike Morandé o Teatro en Chilevisión harán disfrutar a la gente y olvidarse de los problemas de la delincuencia. Los Fuguet, Edwards y Ampuero serán el auge de la lectura comprada a libros con impuestos invariables del 19%.

También en ciencia ficción elucubraba las relaciones internacionales de los gerentes y patrones que ahora reemplazaba a quienes le había hecho la pega por 20 años, esa pega de trabajo sucio de silenciar medios opositores o simplemente cuestionadores, acabar con los grupos armados que habían resistido la cruel dictadura, desmovilizar a las organizaciones sociales poblacionales y trabajadoras. USA, Colombia, México y Perú se me vienen a la mente, los socios opuestos por los que por lo menos yo apostaría, pues no solo se consideran aspectos comerciales, aunque estos siguen siendo predominantes: Bolivia, Argentina, Cuba, Paraguay, Uruguay, Venezuela y Ecuador

Desde el Pensamiento

La razón por otro lado desataba el júbilo, los operadores políticos sedientos de poder concertacionistas, a esa hora estaban pensando no en la pobre clase trabajadora y clase media que tendrían que soportar 4, 8 o 12 años de gobiernos conservadores y libremercadistas capaces de flexibilizar aún más las normas laborales.

Tampoco pensaban en el pueblo mapuche y su justa causa ahora amenazada por paramilitares de los latifundistas –también derechistas-, como por fuerzas armadas controladas por monos con navaja capaces de cualquier cosa con tal de defender sus “bienes” –que de “bien” habido harto poco-.

Menos se acordarán de los estudiantes, docentes y actores del sistema educativo municipal, quienes abandonados a su suerte, deberán lidiar con la estrategia derechista de entregarle dinero a las familias para que elijan un colegio, aumentar las ganancias mientras se evangeliza a las nuevas generaciones con colegios y universidades que estimulan el pensamiento único.

Que hablar de pensar en los románticos y utópicos ecologistas, el desarrollo productivo del país en base a recursos naturales no renovables y renovables por sobre todas las cosas, es lo que dicta la receta neoliberal que transforma a Chile en el modelo del modelo. ¿Comunidades indígenas?, ¿Actividades agrícolas o turísticas sustentables?, ¿Parques y Reservas Naturales?, ¿Especies en peligro de extinción por extinción también de su hábitat?, bien gracias.

¡Nada de eso!, pensaban y se daban de cabezasos en las paredes pensando en qué trabajarían ahora. Hace 20 años que se habían dedicado a articular redes de poder que los mantuviera en el sitial político, o a desviar dineros para campañas o peor aún, para potenciar el clientelismo que aprisionaba las voluntades de dirigentes sociales y bases partidistas.

Se agarraban la cabeza y hacían largos listados con los posibles empresarios que les podrían devolver el favor, o con nombres de aquellos otros que al igual que ellos, estarían pensando en hacer ONGs, Fundaciones, Corporaciones, que intentarían mendigar en el mismo monstruo de bolsas de proyectos en que se habían convertido la gran mayoría de políticas sociales, culturales y económicas.

Gana el optimismo

Piñera definitivamente ganó con el cerca del 30% de las personas que tienen derecho a voto. Se hace pensar que es un 51,60% (3.582.800 votos) del total, pero ese porcentaje equivale solamente a los votos válidamente emitidos. O sea, no se contabiliza nulos, blancos, quienes estaban registrados y no votaron, las excusas, y los más de 3 millones que no participan del padrón electoral. Sumando y restando, Piñera se acerca al tercio histórico que ha tenido la derecha. ¿Y el otro 70%?, ¿Esos más de 5 millones de personas en su mayoría jóvenes menores de 35 años?

Lo he repetido en innumerables ocasiones y la cifra del 70% creo que permite nuevamente mencionarle. Mientras en Chile poco más del 50% de los electores votaban, en la elección de Bolivia, en donde Evo Morales fue reelegido en primera vuelta con más del 50% de los votos, participó más de un 90% de la gente que podía sufragar. En Venezuela lo mismo y también en Ecuador y Paraguay. Podríamos también dar el ejemplo yanqui de Obama o del Frente Popular de Mujica en Uruguay. En definitiva, a mayor participación de las personas en el proceso de votación de sus representantes efectivamente mejor se hace cumplir el sentir del pueblo y la dirección que éste le quiere dar a su país. Entiendo que esto de las votaciones es un instrumento controlador de la burguesía, pero la frase “todas las formas de lucha”, resuena fuerte incluso utilizando las herramientas que los adversarios ocupan para dominar.

Gana el optimismo también porque para la gran mayoría la democracia no se acaba con votar por representantes cada 2 o 4 años. La democracia se construye en cada uno de los espacios en donde la reflexión conjunta decide de mejor forma el camino a transitar. Así se haga eligiendo también a las autoridades regionales (Intendentes, Gobernadores y Consejeros), como dando a conocer las opiniones en plebiscitos en temas vitales para el país (Telecomunicaciones, Agua, Industria, Medioambiente, Educación, Salud y tucs), o manifestando en la calle el apoyo a decisiones que buscan responder a las grandes mayorías, o la negativa a ceder en las conquistas de derechos que se han ido alcanzando muy lentamente en los gobiernos de la concertación.

Avanzamos hacia la construcción de un nuevo país, cuando más encima ahora los gremios y centrales de trabajadores no pertenecen a los partidos de gobierno, y así sus liderazgos no se arrodillan con la facilidad de alguna asesoría bien pagada o la desfachatez del robo hormiga. Nuevos rostros tendrán que venir y el recambio de caudillos por representantes será fruto del trabajo de las bases y territorios.

A todos sin tapujo ni dobleces nos orienta un objetivo central para cambiar el orden de las cosas e inclinar la balanza hacia la izquierda -lo que yo caracterizo con solidaridad y bien común, armonía natural y Reciprocidad-, Asamblea Constituyente es lo que antes una quimera, hoy una necesidad ineludible para cambiar la administración del país y pensarlo para todos en la actualidad y para todos en los años venideros, Todos persiguen la idea y ya comienzan a ejercitarse experimentos hacia la construcción de lo que unos llaman pliego popular mientras otros demandas sociales.

Sabemos que quienes queremos construir alternativas al sistema –de comunicación, educación, producción, salud, etc.-, seremos más vigilados y reprimidos. Los gobernantes que inician este marzo del 2010 su pequeño ciclo suelen tener visiones conservadoras de sociedad y por ello la diversidad es uno de los sus principales enemigos, y en nosotros tendrán uno de ellos. No jugaremos con sus cartas que son la violencia y la manipulación, iremos de frente y consolidaremos alternativas que demuestran que fraternidad perfectamente se puede imponer a la competencia y el comunitarismo al educado y formado individualismo.

Tenemos razones puras, tenemos porque luchar…

Por René Squella Soto

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