Van 4 meses desde que explotó el modelo de desarrollo neoliberal Chileno, 4 meses de revuelta popular que despertó del marasmo a la población, y sacudió los cimientos de un país hecho a la medida de los intereses de una pequeña clase social. El empresariado secuestró a la política corrompiendo a los políticos, y la Constitución de Pinochet ha sido vital garantizando la propiedad privada por sobre el resguardo de derechos sociales y los intereses colectivos.
Se aburrió la gente de los abusos empresariales, de la corrupción política, de la precariedad de la vida de las grandes mayorías, de la desigualdad social y destrucción ambiental en el que se basa la idea de país.
¿Y que hizo el Gobierno con este conflicto?, lo administró, no lo resolvió. Solo panfletos y pirotecnias para no cambiar absolutamente nada. Es más, en vez de resolver lo que pedían millones en las calles, se generaron una serie de proyectos de ley que solo ayudan a criminalizar la protesta social y responder con represión, a las justas demandas que se viven en las calles y poblaciones del país. No está demás decir que esos mismos proyectos, fueron aprobados con la venia de una buena parte de la oposición, quienes se terminaron cuadrando con los intereses de la oligarquía que parecieran también, ser sus propios intereses.
Y la calle se empezó también a rayar para decir lo que era negado en los medios de comunicación masiva, quienes por orden de sus dueños (parte de la oligarquía que se beneficia del país a la medida que le genera la constitución pinochetista), siguieron apuntando los micrófonos casi exclusivamente a la clase política, la misma que tiene menos aprobación que Piñera y que es parte del problema, parte importante del problema.
Y sigue Rozas al mando de Carabineros, quienes acumulan horas y horas de filmaciones de represión a manifestantes pacíficos, de violencia desmedida contra equipos de salud, de montajes varios tanto en incendios como en hechos de violencia con capuchas infiltrados, en fin, todo lo que la derecha más dura e ignorante necesita para mantenerse con el poder y no perder un ápice de sus privilegios. Una violencia callejera que sea mostrada por las cámaras de televisión y transmitidas por las radios comerciales, violencia que alimenta el miedo y con ello la posibilidad de desplegar una campaña que evite la posibilidad de siquiera, plebiscitar la constitución actual y la forma de construir una nueva.
No por nada hoy 18 de febrero la DC Soledad Alvear tuiteaba "Si hay violencia en Marzo puede ser impracticable el plebiscito de Abril. Hay conciencia de ello?". Ella sabe, al igual que el gobierno y la extrema derecha, que solo les queda generar un clima de violencia callejera para que se intente deslegitimar la posibilidad de comenzar a cambiar la Constitución de Jaime Guzmán.
Se viene un marzo y abril complejo pero creo también esperanzador. Al igual como en el inicio con la quema de estaciones de Metro, Supermercados y militares en las calles, el Gobierno pensó que se asustaría la gente y se acabarían las protestas. Aquí pasará lo mismo, es decir, si intentan manipular a la población con fake news, miedo y violencia para evitar un Plebiscito constitucional, siento que éste no solo se terminará desarrollando, sino que también, si siguen con la misma sordera y ceguera gubernamental, será el final anticipado del gobierno de un empresario de derecha que quiso perpetuar un modelo que agotó la paciencia social y que se levantó, para a pesar del fascismo callejero y mediático, hacer frente a un proceso de transformación que llegó para recuperar el país para todxs, de una clase egoísta que solo quiere perpetuar sus prebendas, con base a la miseria de las mayorías y de la destrucción medioambiental.
El constitución ya se está cambiando, y se realiza nos desde un parlamento poco confiable, sino que desde los cientos de Cabildos y Asambleas que no solo están pensando ese otro Chile que queremos a largo plazo, sino que también lo están construyendo, con recuperación de espacios, con trabajos en redes, con circuitos de economía social y solidaria, con huertos y decenas de experiencias educativas que nos encaminan hacia un Buen Vivir.
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