raudas presentándose al lector incauto
cargadas de rabia ante la desidia monumental de unos por los otros
ataviadas del mortal veneno que paraliza las respuestas acomodadas
Y siguen fluyendo las letras como campante continúa la explotación humana
se desprenden de las cargas valóricas y putea a los cabrones ricachones
esos mismos que se golpean el pecho en rituales religiosos y que comulgan
olvidando los cimientos podridos de su dineral mundano
Las letras unidas se convierten en torbellinos de sentimientos
y dejan entrever el corazón herido por la mujer amada
conversaciones con el viento y la espera constante
amor que no se coordina y que no permite abrazar
Las letras ya se convierten en la poesía que disfraza las almas
y aquí se presentan compartiendo la ira con la mezquindad y la codicia
escapando del atribulado verbo verdadero de Silvio
aferrándose al optimismo que agota vidas y enciende fuegos
Fernando Soto
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