sábado, 14 de mayo de 2011
Lo inevitable que se viene: Hidroaysén es un síntoma
Personalmente no espero nada del discurso del empresario-presidente este 21 de Mayo, solo palabras vacías de sentido humano y cifras que ocultan realidades, alguna promesa que volverá a incumplir como tantas otras, guiños para sus amigos empresarios y continuar con el desmalentamiento del Estado para entregárselo a control del mercado.
Como Ecologista, creo en una relación con la naturaleza de forma armónica y pensando en las generaciones del futuro, ¡no se me viene a la cabeza el control por parte del mercado de nuestros recursos naturales, fuentes energéticas, servicios sociales y aspectos estratégicos en el desarrollo equitativo del país!, por ello debe velar un Estado, y en él, la participación de las comunidades son parte esencial de las decisiones que se toman, es decir, el ecologismo pasa necesariamente por un cambio de constitución.
De la cuenta pública del empresario-presidente, espero simplemente confirmaciones de la defensa férrea del sistema neoliberal que nos guía la vida, espero el perfeccionamiento de su máquina ambiciosa de hacer dinero que caen en pocas manos de mismos apellidos.
Quiero que este 21 de Mayo esté marcado por el despliegue masivo de personas que demuestran el descontento del rumbo que se le ha dado al país, las manifestaciones populares se han comenzado nuevamente a palpitar en las calles, y para ello, la juventud ha comenzado a asumir un protagonismo valiente que defiende lo que quieren a futuro disfrutar con sus hijos e hijas, se ocupan sin complejos dictatoriales de expresar claro y fuerte el rechazo a un sistema que los esclaviza en una eterna relación con créditos, deudas e inseguridades laborales.
En la calle, se manifiesta un rabia que comienza a articularse formando una red que atrapa a muchos, es una red amplia y tolerante, un tejido social que se recompone de los golpes de la dictadura y el control de la concertación, vitalidad ciudadana que se compromete en la defensa de una naturaleza para todos.
Ahora se viene lo inevitable y para ello se preparan las fuerzas y se ocupa la cabeza. Apostar a multiplicar espacios de educación ambiental en barrios, trabajos, escuelas y un largo etc., es una inversión a futuro que permite personas conscientes de sus derechos y las riquezas naturales que les pertenecen. Exigir verdadera democracia y participar en las decisiones país a través de plebiscitos vinculantes es un primer paso, elección de intendentes y gobernadores otro más, revocación de autoridades por mala gestión de lo colectivo una de las más sensatas y demócratas que se me ocurren a esta hora de la noche.
Es irreversible que se vengan cambios y eso genera roces por parte de quienes han detentado el poder todos estos años, los daños ambientales y calidades de vida perjudicadas para el enriquecimiento de pocos es algo que va cansando, ambientalistas acompañados en la horizontalidad por estudiantes, trabajadores y mapuches, entre muchos otros grupos, sabrán sembrar las semillas de esas alamedas de tránsito libre que vaticinara hace 40 años un compañero presidente.
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