Miles le pasaron la cuenta a Piñera este 21 de Mayo

Empieza el descontento a sentirse en las palpitaciones de las calles, en cada ciudad son cientos y cientos que salen a encontrarse con carteles y banderas, con demandas inconclusas que el mercado entrega de mala forma y a pocas personas.

Algunos pensamos que esa demanda, debiese ser asumida por el Estado, o en el mejor de los casos, viniese como corolario de una sociedad que construye cooperativamente un mundo donde poder vivir de la forma más digna posible para todxs, autodeterminación de los pueblos y autonomías en la gestión de recursos.

Hoy todo esta en manos de privados nacionales y extranjeros, incluso el agua de los ríos y de los mares. Ante ese escenario, mucha gente esta cansada y decide manifestar su descontento en avenidas con comparsas.

Últimamente el país se ha remecido con grandes manifestaciones haciendo sentir el descontento hacia las políticas que se aplican, y las formas como se toman tales decisiones.

Necesario se hace construir una democracia de verdad y acabar con el protectorado empresarial defendido por Concertación y Alianza desde el poder ejecutivo del país. Plebiscitos vinculantes, revocación de mandatos, y participación efectiva en la definición de candidatos a representantes, son solo algunas de las medidas que harían un país un poco más expresivos de la diversidad de un país finalmente latino.

Esperemos que no decaiga el ímpetu combativo de manifestarse en la calle, pues el gobierno únicamente apuesta a ello. Ni piensa en cambiar las decisiones que benefician la consolidación de un monopolio en la gestión de las aguas del país, el dinero es un Dios poderoso para quienes la codicia es un valor.

Esperemos también que ese ánimo de todos quienes se manifiestan en las calles, se encauce en múltiples organizaciones y colectivos que de alguna manera u otra hacen talleres, muestras de cine, malabarismo, huertos, deportes y un largo etc. En otras palabras, colocar miles de semillas asegurando una futura cosecha que entrega resultados sostenibles en el tiempo. No rebaño, conciencia real de lo que se quiere construir como pueblo, sociedad.

Ahora viene la parte de ocupar también los espacios más próximos y desde ahí ir entrelazando esfuerzos que construyen una sociedad distinta basada en otros conceptos, alejados de la competitividad y el individualismo, pues ambos destruyen la naturaleza y a la misma persona. En los colegios y universidades, en los barrios y los clubes deportivos, en los trabajos y centros culturales, se debe abrir el debate para que la reflexión conjunta aporte los caminos que nos llevarán a los idearios de libertad que todo pueblo busca.