Y así lo entendieron miles de personas que en 16 ciudades del país salieron a protestar por la irracional apuesta del Gobierno central en materia energética. Los Patagones están aún más molestos, pues poco se acuerdan de ellos y ahora, están en la palestra pero por la herida que le quieren hacer a uno de los territorios más prístinos del mundo.
En Santiago, cerca de 4 mil personas se reunieron a metros de la Moneda a gritarle a Piñera y cía las locuras que están haciendo en aras del "progreso", un progreso basado únicamente en índices económicos que dejan de lado aspectos ambientales y sociales, es más, el crecimiento esta más bien basado en la expoliación de la naturaleza y en la explotación de los trabajadores.
Hidroaysén por su parte y como buena transnacional, miente todo lo que puede para así tener la tranquilidad de llevar a cabo su emprendimiento sin contrapesos. Gobierno por su parte pasa a llevar las reglas del juego que ellos mismos construyen y así despejan el camino para que se instalen 5 megacentrales hidroeléctricas, las que alimentaran la voracidad de las empresas extranjeras dedicadas a la minería en el norte.
El estrellita de Golborne, mandatado por Piñera y en compañía de Hinzpeter, prepara la batalla comunicacional que intentará desarticular la resistencia ambientalista y ciudadana que genera el negocio. Incluso están pensando en bajar las cuentas de electricidad de la Patagonia.
La resistencia sigue atenta y el tejido social comienza nuevamente a armarse lenta pero fuertemente. Ecologistas se están uniendo cada vez más gracias a la inoperancia de este gobierno y el pasado, quienes ponen los intereses empresariales por sobre los ciudadanos. La unión con estudiantes, trabajadores, mapuches, feministas, irá forjando un movimiento social que tarde o temprano, nuevamente abrirá las alamedas para todos, no solo para los que puedan pagar peaje.
Y así lo entendieron miles de personas que en 16 ciudades del país salieron a protestar por la irracional apuesta del Gobierno central en materia energética. Los Patagones están aún más molestos, pues poco se acuerdan de ellos y ahora, están en la palestra pero por la herida que le quieren hacer a uno de los territorios más prístinos del mundo.
En Santiago, cerca de 4 mil personas se reunieron a metros de la Moneda a gritarle a Piñera y cía las locuras que están haciendo en aras del "progreso", un progreso basado únicamente en índices económicos que dejan de lado aspectos ambientales y sociales, es más, el crecimiento esta más bien basado en la expoliación de la naturaleza y en la explotación de los trabajadores.
Hidroaysén por su parte y como buena transnacional, miente todo lo que puede para así tener la tranquilidad de llevar a cabo su emprendimiento sin contrapesos. Gobierno por su parte pasa a llevar las reglas del juego que ellos mismos construyen y así despejan el camino para que se instalen 5 megacentrales hidroeléctricas, las que alimentaran la voracidad de las empresas extranjeras dedicadas a la minería en el norte.
El estrellita de Golborne, mandatado por Piñera y en compañía de Hinzpeter, prepara la batalla comunicacional que intentará desarticular la resistencia ambientalista y ciudadana que genera el negocio. Incluso están pensando en bajar las cuentas de electricidad de la Patagonia.
La resistencia sigue atenta y el tejido social comienza nuevamente a armarse lenta pero fuertemente. Ecologistas se están uniendo cada vez más gracias a la inoperancia de este gobierno y el pasado, quienes ponen los intereses empresariales por sobre los ciudadanos. La unión con estudiantes, trabajadores, mapuches, feministas, irá forjando un movimiento social que tarde o temprano, nuevamente abrirá las alamedas para todos, no solo para los que puedan pagar peaje.
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