La visita de Mónica y Catalina a la Radio Placeres, y su posterior exposición en la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, tenía por objetivo principal colaborar en la visualización del Conflicto Chileno – Mapuche, y las medidas represivas ocupadas por el Estado a través del Gobierno de la “popular” Bachelet, acciones que alcanzan a atentar contra los Derechos Humanos de ancianxs y niñxs –de acuerdo a lo dicho incluso, por relatores de la ONU-.
Policías del Grupo de Operaciones Especiales (GOPE) custodiando los fundos de los colonos como Luchsinger, fueron quienes asesinaron con su Subametralladora UZI al joven que participaba en un acto de recuperación de tierras, armado de piedras y boleadoras. Una bala perforó el pulmón de Matías, y sus fuerzas se agotaron hasta la muerte cuando intentaba huir saltando las fosas que cuan castillos, construye el terrateniente para tener lejos a animales y activistas.
La situación de alevoso crimen, no entra en duda alguna para quien pueda contar con todos los elementos verificables del juicio, sin embargo, a quienes se sienten comprometidos con la causa Mapuche y en especial a Catalina, se les viene a la mente la situación de la muerte de Alex Lemún el 2002 en terrenos de la Forestal Mininco (del difunto magnate amigo de Ricardo Lagos Escobar, Anacleto Angelini), y como el teniente Treur, no solo no ha sido condenado por su crimen, sino que como premio, se le ha ascendido en Carabineros ya en dos oportunidades desde ocurridos los hechos.La visita de Mónica y Catalina fue revitalizadora, la energía que a veces cuesta entender desde donde la sacan, es gatillante de las nuevas acciones que se comprometen para continuar con la lucha que despertó en su corazón la justa rebeldía de Matías, no por nada, por cada Weichafe que cae, son diez los que se levantan.
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