EL SALTO

Pasar de ser un país que fue laboratorio del Modelo Neoliberal gracias a las facilidades otorgadas por una Dictadura empresarial, militar y religiosa, a un territorio sustentable pensado –y posteriormente legislado- para las generaciones futuras, es el salto que debiera plantearse la población y todos los actores que la componen.
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Acabar con la extracción minera para satisfacer ambiciones de multinacionales, aportar al mundo nuevas relaciones que precisamente no se basan en el consumo de porquerías desechables; acotar a las empresas forestales en su radio de acción, devolviendo tierras a los pueblos a los que les pertenece, desarrollando una actividad sostenible en el tiempo que no afecte la desertificación de los suelos; Legislar de acuerdo a las altas exigencias de Noruega y países escandinavos en lo que se refiere a la empresa salmonera, o sea, acabar con la densidad de salmones en las jaulas, fiscalizar el uso de sustancias para el crecimiento de los peces, mejorar las paupérrimas condiciones laborales, etc. etc. etc. etc.
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Pasar de ser un país para un puñado de familias que lo administran y organizan a su antojo, a un territorio en que los poderes económicos, comunicacionales y políticos están distribuidos para que todos participen de la discusión del Chile actual y del Chile futuro.
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¿Cómo damos el salto?, claramente con esta Democracia acomodada, en donde “nuestros representantes” terminan representándose a ellos mismos o a unos pocos que les financian sus mediáticas campañas, no lo hacemos. Avanzamos y nos elevamos cuando nosotros mismos en los barrios y calles, trabajos y centros de estudio, somos capaces de ir asumiendo derechos y deberes, derechos de exigir el cumplimiento de lo que nuestra carta constitucional nos asegura (hecha en dictadura y maquillada en dictablanda), deberes de construir alternativas de ciudades y de relaciones que nos permitan mirarnos a los ojos sin el temor del otro distinto…
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… ¿Cómo damos el salto?
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Convicción y Pasión
HVS