"Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor"
Salvador Allende
Tuvieron
que pasar las generaciones destrozadas por la ferocidad de la
Dictadura Cívico – Militar para comenzar a recomponer las fuerzas
y las heridas, para volver a construir las confianzas y las
articulaciones que el tejido social permite cuando se encuentra y
dialoga, cuando genera prácticas que van dibujando otras maneras de
relacionarse con personas, grupos y naturalezas.
Los
y las secundarias que se rebelaron en el 1er Gobierno de
Bachelet en el 2006, generación de hijos y nietos de aquellos
traumatizados por la cruel Dictadura, colocaron las primeras semillas
de transformación gracias a la recolección de esfuerzos colectivos
realizada en la transición a la Democracia. Fueron ellas y ellos
también, que el 2011 por causas educacionales y ambientales animaron
a repletar las calles para indicar los caminos que necesitan los
pueblos para avanzar hacia dignidad, felicidad y justicia. El 2011
estaba Piñera quien dió el empujón gracias a su tozudez neoliberal
de hacer de todo un negocio, algo que se transforme en un Bien de
Consumo como la Educación, o Naturaleza transformada en un Recurso
explotable para generar energía y riqueza, como Hidroeléctricas en
el Sur o Termoeléctricas en Punta Choros.
El
2011 se dijo que se debía seguir las vías institucionales, en ese
momento bajo lógicas binominales. Por mientras, el movimiento se
desbordaba en las calles de la mayoría de las ciudades del país y
la adhesión a la causa estudiantil bordeaba el 90% de la población,
con eso, se empujaba a los legisladores a trasformar los marcos
regulatorias y volver a reforzar la educación pública junto con
garantizar su gratuidad. Al finalizar el Gobierno de Piñera, con los
estudiantes convertidos en un actor político relevante, Bachelet
asume las principales causas y sale elegida prometiendo los cambios
que se exigían desde las calles a la administración Piñerista.
Sale
Bachelet elegida y también salen algunos Dirigentes Estudiantiles de
los que se habían levantado contra Piñera y la Educación de
Mercado, la Educación de Pinochet. Un par formará el Frente Amplio
y otro par del Partido Comunista, sumará al oficialista Nueva
Mayoría. Habían entrado de lleno a las vias institucionales.
Incluso algunos de Revolución Democrática participaron en el
Ministerio de Educación los primeros años de Gobierno.
Recién
iniciado el 2do Gobierno de Bachelet, se desata el Incendio en
Valparaiso (2014), los estudiantes nuevamente y el Movimiento Social
Porteño, se transforman en un actor político relevante ante la
emergencia, sería eso, y un proceso altamente participativo que
incluyó una primaria ciudadana, parte del caldo de cultivo que el
2016 tendría como hito la obtención de la Alcaldía Ciudadana con
Sharp como Alcalde y un par de Concejales. Se seguía alimentando la
alternativa al deslavado duopolio, mientras reinaban los casos de
corrupción en leyes, de boletas falsas, de vínculo entre dinero y
política para beneficiar a los mismos de siempre.
¿Libremercado?
Y
así, con esos elementos llegamos a éste pasado 19 de Noviembre. Con
pocos recursos económicos pero trabajadores equipos de voluntarios,
se cosechó una labor lenta que va sumando fuerzas y se va
robusteciendo. Crecen sus músculos porque son construcciones
colectivas, porque se intenta resolver las cosas desde el diálogo
directo y franco y no desde las cocinas o las cúpulas a las que
acostumbran los partidos tradicionales. Así, se consolidó el FA
como 3era fuerza política y con proyección de crecimiento,
oportunidad para que desde el Parlamento, se comience a transformar
la institucionalidad que sirve al Modelo Actual y por medio de una
Asamblea Constituyente, se piense un país para el futuro desde el
encuentro de todos los actores que lo construyen como tal.
Humildemente
creo, ahora el Frente Amplio tiene que seguir apuntando al trabajo
territorial y de base, no solo construyendo las demandas sino que
facilitando las acciones que van permitiendo la subverción del
sistema por medio de lógicas distintas a las relaciones capitalistas
que para todo, se emplea hoy en día. Apuntar desde los territorios
al gobierno local y hacer desde ahí, junto a los movimientos
sociales y territoriales, parecería una estrategia relevante para ir
desmantelando esta institucionalidad que sirve a los intereses de muy
pocos y que tiene que crear nuevos caminos que superen las vías ya
conocidas de más mercado para resolver las necesidades de las
comunidades. Entregándole poder de decisión y acción a las
comunidades y actores que habitan un territorio, avanzamos en
procesos de autonomía, así descentralizamos y desconcentramos poco
a poco el poder.
Como
dato de la elección relevante, debemos resaltar que aún la
participación no es capaz de llegar al 50% de la población y sigue
la tendencia a la abstención y la delegación de la elección de
autoridades en una minoría que vota. Ni siquiera el Frente Amplio ha
sido capaz de motivar mucho una mayor participación en éste ámbito,
pues al parecer, más bien ha cosechado el voto desencantado de
castas y partidos políticos que usaron el Estado como botín y
agencia de empleos, en vez de utilizarlo para distribuir riqueza,
asegurar servicios y estimular calidad de vida. Aquí todavía el
Frente Amplio tiene un desafío importante y creo, uno de las
principales tareas y responsabilidades.
Bien
de todos modos el Frente Amplio y feliz por esa coalición, a no
traicionarse y saberse oposición de quien salga elegido en 2da
vuelta. El trabajo es lento y aún falta mucho para ir generando las
bases sociales que sostendrán un proyecto emancipador que apunte a
la felicidad y calidad de vida de todas y todos superando el
neoliberalismo.
Creo
que llegó la generación que está abriendo esas grandes alamedas.
Una gastada y violentada sociedad, y una destrozada naturaleza, la
estaban esperando.
@ReneSquellaSoto
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