jueves, 19 de octubre de 2017

¿Anticarcelario?

Primero que todo decir que creo en la existencia de dos tipos de cárceles, una creada por el Modelo Sociopolítico de todos los países del mundo para detener y punir con la Libertad a quienes se han apartado de la ley que administra el territorio y de paso nuestras conductas; otra que es más invisible y que se vincula al Sistema Socioeconómico que encierra bajo una lógica de consumo y racionalidad económica la vida, dejando de lado aspectos sociales, culturales, históricos y ambientales. En ésta última, ya no se pelea por derechos, sino que la persona se esclaviza más trabajando para así acceder a los bienes de consumo de mejor calidad, entre ellos, derechos sociales como salud, educación y vivienda.


Pero me quiero referir a la primera, a esas cárceles hacinadas y violentas en las que en su gran mayoría, se sostiene con población popular encarcelada por delitos contra la propiedad, contra la vida, o vinculado al narcotráfico. Los de clases sociales más pudientes, tienen espacios especiales para ellos, tema que creo, atenta contra la igualdad de condiciones para la población. Todos quienes cometen delito debiera estar dentro del mismo recinto y sin fronteras económicas, pagando con su libertad el daño causado.

Pero esa cárcel también debiera recibir a los delitos de cuello y corbata que terminan pagando sus delitos con clases de ética y alguna multa que es el vuelto del pan para todo lo que se embolsan al mes haciendo sus malabares tributarios para pagar menos impuesto. Aquí debieran estar también los que se coluden en los precios de los productos para atentar contra lo que dicen, es la mayor propiedad del Mercado, su "libertad". Aquí debieran estar los políticos y técnicos codiciosos que reciben sobresueldos por trabajar al mismo tiempo que para el Estado, hacerlo para algún privado. Longueira, Wagner, Contesse son algunos de los involucrados pero hay muchos más, y todos ellos y ellas también debieran estar pagando esa fechoría con su libertad. Aquí debieran estar también los empresarios que aparecen en las revistas de multimillonarios (y otros), pero que también contaminan cursos de agua, suelos o aires, ocasionando perjuicios a los ecosistemas que sostienen la vida y a especies que se ven afectadas por tales irresponsabilidades. Aquí debieran estar pernoctando los que no pagan las pensiones alimentacias de sus hijos, quienes agreden sexual, verbal o psicológicamente a las mujeres desde que son niñas; quienes fomentan el odio hacia otras personas por simplemente pensar o sentir o actuar distinto a lo que ellos y ellas consideran es lo único válido.

Como verán, son varios más los personajes que creo debieran estar en situación carcelaria pagando las fechorías que cometen debido a sus pecados de egolatria, codicias y mezquindades individualistas y cortoplacistas, de sus violencias y arbitrariedades. Por ello también, y porque la idea es afrontar un proceso que en el ideal, termina en la inexistencia carcelaria, éstas debieran tener otra infraestructura, otro personal complementario, otra administración. 

Otra infraestructura porque necesita reforzar lo laboral a través de oficios y habilidades, porque también los estudios y las acciones con la comunidad organizada que quiera aportar con Talleres y demases debieran ser bienvenidos y tener los espacios adecuados para sus iniciativas, porque también la recreación y la cultura tienen que tener sus instancias para que quienes se interesen, se desarrollen por ejemplo en esas áreas. Otro personal porque a los Gendarmes que vigilarán los perímetros, se necesitan educadores, talleristas, especialistas y profesores que desarrollen sus tareas en lo productivo, educativo y recreativo-cultural; instancias que requieren coordinación, articulación con actores externos, etc. ¿Se imaginan una Radio Comunitario de los internos de una cárcel?. 

Otra administración porque creo, necesitamos ir transformando las maneras verticales de manejar los espacios y debiéramos dispersar el poder horizontalizando las tomas de decisiones y compartiendo las responsabilidades en cada una de las institucionalidades que mantienen el sistema neoliberal capitalista. De todos modos habrá jerarquías y se recuerda que se estará realizando un trabajo como Funcionarios públicos -y no concesionados ni voluntarios-, pero la participación de trabajadores, gendarmes, profesionales, educadores e incluso internos e internas organizadas debiera ser condición de la administración de las nuevas unidades carcelarias.

Además, no solo se estará haciendo un trabajo de "socialización" entregando herramientas para el desarrollo de cada cual según sus intereses para luego de su condena reintegrarse a la sociedad, sino que también se podrían considerar penas alternativas que signifiquen un fuerte apoyo a la comunidad y su calidad de Vida. Desde apoyar el tema de la limpieza como lo planteo el Alcalde Sharp de Valparaíso a propósito del reciente Carnaval de los 1000 tambores, hasta servir comida en comedores populares, pintar sedes sociales y escuelas, arreglar y mantener jardines y plazas y un etc que dependerá de las necesidades de los territorios y de las capacidades de las personas. Las penas alternativas debieran ser opciones para que la práctica comunitaria, también entregue elementos que fortalezcan la integración de la persona a la comunidad.

No soy anticarcelario, incluso quiero que otras personas que también cometen delitos vayan a la cárcel, pero si quiero otro tipo de cárcel, una educativa y socializadora, que efectivamente integre a personas a la sociedad; no quiero cárceles que solo tienen al pueblo privado de libertad y que solo sirven como escuelas de entrenamiento de nuevos trucos para burlar leyes y atentar contra otros. Quisiera una pena de arresto que implique en el día, desarrollar una serie de acciones que incentiven la inclusión a una sociedad que también, debiera ejercitar la inclusión y practicar con oportunidades laborales, recreativas y de desarrollo familiar, la vuelta de esa persona a una sociedad que desde lo colectivo y lo solidario, de manera sustentable habitamos el territorio para cuidárselo a las generaciones venideras.

Soñar no cuesta nada. Escribir tampoco

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