jueves, 7 de febrero de 2013

La Televisión: Conectividad para desconectarse

 
A mediados de los 80 la Dictadura militar trajo a la Isla Robinson Crusoe la televisión y la gente de la isla valoró la acción, incluso, se bautizó a una población con el nombre del autócrata. Con ello, el sentir de la comunidad es que se avanzaba en la conectividad con el continente, pudiendo así conocer las noticias de lo que ocurría con el país –los diarios no existen acá-, a la vez que se contaba con un nuevo elemento para distraerse de una realidad tranquila que pasa con parsimonia por las vidas de cada uno en el territorio insular.

Con la TV acompañando en los hogares como un nuevo integrante, la gente se fue encerrando entre sus paredes de madera, la vida social se fue extinguiendo y con ello igualmente la organización de festividades y encuentros que reunían a toda la comunidad isleña. La llegada de la “cajita feliz”, a decir de muchos, en especial de los más antiguos, desconectó a la comunidad de si misma, el tejido social se fue desdibujando, el sedentarismo comenzaba a adueñarse de las gentes, ya no se compartía la vida como en antaño.
Pero no solo hubo desconexión con la rica vida social que se tenía en la isla a partir de la llegada de la televisión, también el hecho significó el desapegarse de la tierra, más que mal, los tiempos que antes se dedicaban a los huertos y con ello a sembrar y cosechar alimentos, ahora se ocupaban en estar sentado o acostado viendo lo que los canales ofrecían.
Antes de los 80, la comunidad fernandeziana tenía alimentos que le permitían una dieta equilibrada y con ello una salud que lejos de la perfección, era bastante mejor de lo que hoy se ve epidemiológicamente en la Isla Robinson Crusoe. Existían varias Quintas con árboles frutales que alimentaban a la población, además, era común ver en la mayoría de los hogares algún espacio que era ocupado para el huerto familiar y con ello para verduras y hortalizas. La llegada de la televisión, barrió con todo ello y poco a poco, las personas comenzaron a sacar sus manos de la tierra para llevarlas a un control remoto que les permitiera cambiar canales.

En una isla enclavada en medio del océano pacífico, la televisión llegó para adormecer las mentes con banalidades en lugar de servir como un instrumento de educación y con ello también de liberación. Llegó la Tv y así la gente empezó a saber lo que pasa allá lejos en el continente mientras ahora ignora lo que sucede en el barrio o en la propia isla. Se estableció la pantalla televisiva como colono en el territorio, mientras los espacios y momentos de encuentro entre la propia comunidad se fueron extinguiendo.
¡Es el desarrollo!, repiten como mantra los más neoliberales.

 @ReneSquellaSoto

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