A lo lejos, guiando la mirada hacia el continente
Emerge desde el horizonte una diminuta figura
En este caso particular, “Iorana cargo”
Barco que carga las provisiones de la isla
Y con ello también los afectos de amores, amigos y familiares
La llegada de una embarcación a
la isla
casi siempre es bienvenida por
gotas débiles o tupidas
o gruesas;
Las nubes suelen cubrir de gris y blanco el azul intenso del mar
Las aguas intensifican sus movimientos
Casi una hora de ejercicio fino
de cálculo para atracar,
Y el muelle comienza a moverse
con vehículos y personas. Bajan los pasajeros,
Se inicia inmediatamente la descarga
Son vísperas de navidad y el pueblo se agolpa a retirar lo suyo
Se entremezclan pescadores, funcionarios públicos, trabajadores en general
Todas las edades confluyen en un espacio cotidiano que fortalece la vida social
Zona de encuentro de religiones, clases y colores políticos,
De grandes cajas que se aglomeran a la salida del muelle
Inician la descarga los
combustibles y balones de gas. ¡Carga peligrosa!
Luego las verduras que se espera,
vengan en buenas condiciones.Los congelados, las carnes en tercer lugar
Finalmente,
Los abarrotes y el líquido que se consume en un mes,
Cosas para el hogar o accesorios para los emprendimientos productivos
Así transcurre el día del
abastecimiento
De un poblado que ya carecía de
huevos y carnes, de verduras y frutas.
No se piensa en trabajar comunitariamente por la soberanía alimentaria
Esa que antaño sus habitantes eran capaces de entregar(se).
Ahora se reciben desde el Valparaíso pintado de colores
Cajas con alimentos, juguetes, materiales para el hogar y las oficinas
Es más simple y requiere un par de días de paciencia
Son pasadas las 9 de la noche
Recién comienza a oscurecer y en
jornada maratónica“Iorana cargo” vuelve a llenar la escasez de una isla que horas antes,
Había seguido atentamente desde algún punto de su tierra la llegada del barco.
Fueron alertados por la Radio comunitaria Picaflor Rojo,
Horas antes en voz de uno de sus locutores
25
Diciembre 2012, San Juan Bautista
Fernando Soto
No hay comentarios:
Publicar un comentario