
Guillo








Sebastião Salgado es un fotógrafo brasilero nacido en 1944. Recibió en 1998 el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.
El Estado de Derecho y la certeza de los derechos que otorgan los instrumentos de planificación existen por igual tanto para las empresas, el estado, como para los vecinos. Autoridades administrativas y empresas que ignoren ello no se pueden quejar que la comunidad reaccione y en particular los vecinos afectados mediante los recursos que el sistema legal nos franquea, quienes no escuchan a los ciudadanos legalmente organizados o ignoran simplemente las observaciones que se hacen. En consciencia no se pueden quejar de la judicialización de los proyectos eléctricos……. que vergüenza!
Por último es dable destacar que no se trata sólo de iniciativas de oposición instaladas por respetables Org Ambientales como la nuestra Consejo Ecológico de Puchuncaví Quintero; estos dos casos han sido iniciativas de vecinos afectados; en el caso de Marbella dueños de propiedades colindantes y Junta de vecinos de Maitencillo; en el caso de Campiche el recurso no es sólo una iniciativa del Consejo Ecológico de Puchuncaví Quintero, la OBC Chinchimén y las personas naturales que lo integran y que viven en la zona que duda cabe; también se hicieron parte numerosas juntas de vecinos y todos los sindicatos de pescadores de la Bahía de Quintero como de la Región de Valparaíso.
ALAi AMLATINA, Sao Paulo.- Belém de Pará, será la sede, del 27 de enero al 1º de febrero, la nueva edición del Foro Social Mundial (FSM). Se espera la asistencia de cerca de 120 mil participantes. Tres grandes temas dominarán los debates: la preservación ambiental, sobre todo por tener como escenario la Amazonia, donde la deforestación y la emisión de gas carbónico están creciendo; la crisis del capitalismo globalizado y la guerra en Oriente Medio.
A LA OPINIÓN PÚBLICA NACIONAL E INTERNACIONAL
Ante estos hechos comunicamos que:
Todo indica que esta carnicería de Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará multiplicarlos. Desde 1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua, su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados. Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida, desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones, en el año 2006. Algo parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
Pasar de ser un país que fue laboratorio del Modelo Neoliberal gracias a las facilidades otorgadas por una Dictadura empresarial, militar y religiosa, a un territorio sustentable pensado –y posteriormente legislado- para las generaciones futuras, es el salto que debiera plantearse la población y todos los actores que la componen.
Una lengua,una historia, una casta bravía
Movimiento Cumbre de los Pueblos
Esta crisis alimentaria deja tras sí a una larga lista de perdedores y de ganadores. Entre los más afectados, se encuentran mujeres, niños y niñas, campesinos y campesinas expulsados de sus tierras, pobres urbanos... En definitiva, aquellos que engrosan las filas de las y los oprimidos del sistema capitalista. Entre los ganadores, encontramos a las multinacionales de la industria agroalimentaria que controlan de origen a fin la cadena de producción, transformación y comercialización de los alimentos.
La cadena agroalimentaria está controlada en cada uno de sus tramos (semillas, fertilizantes, transformación, distribución, etc.) por multinacionales que consiguen grandes beneficios gracias a un modelo agroindustrial liberalizado y desregularizado. Un sistema que cuenta con el apoyo explícito de las élites políticas y de las instituciones internacionales que anteponen los beneficios de estas empresas a las necesidades alimenticias de las personas y el respeto al medio ambiente.
Este monopolio y concentración permite un fuerte control a la hora de determinar lo qué consumimos, a qué precio lo compramos, de quién procede, cómo ha sido elaborado, con qué productos, etc. Nuestra alimentación depende cada día más de los intereses de estas grandes cadenas de venta al detalle y su poder se evidencia con toda crudeza en una situación de crisis.
De hecho, en abril del 2008 y frente a la situación de crisis alimentaria mundial, las dos mayores cadenas de supermercados de Estados Unidos, Sam’s Club (propiedad de Wal-Mart) y Costco (de venta a mayoristas), apostaron por racionar la venta de arroz en sus establecimientos aludiendo a una posible restricción en el suministro de este cereal. Con esta medida se puso en evidencia la capacidad de las grandes cadenas de distribución de incidir en la compra y venta de determinados productos, limitar su distribución e influir en la fijación de sus precios.
Pero más allá del papel que la gran distribución pueda jugar en una situación de crisis (con restricciones a la venta de algunos de sus productos; cambios en los hábitos de compra, etc.), este modelo de distribución ejerce a nivel estructural un fuerte control e impacto negativo en los distintos actores que participan en la cadena de distribución de alimentos: campesinos/as, proveedores, consumidores/as, trabajadores/as, etc. De hecho, la aparición de los supermercados, hipermercados, cadenas de descuento, autoservicios..., en el transcurso del siglo XX, ha contribuido a la mercantilización del qué, el cómo y el dónde compramos supeditando la alimentación, la agricultura y el consumo a la lógica del capital y del mercado.-