domingo, 13 de enero de 2013

Drogas asesinas disfrazadas con la legalidad mercantil

El cigarrillo mata en el país aproximadamente a 15.000 personas al año a través de enfermedades especialmente cardíacas y pulmonares. Para ello cuenta con una poderosa industria que hace lobby, en especial como se ha observado estas últimas semanas, con diputados UDI, esos que defienden el lucro en cualquier ámbito, incluso por sobre su mismo Dios al que veneran con fanatismo religioso. No por nada las tabacaleras a nivel mundial, tienen uno de los negocios legales más rentables que hoy en día existen, parece que le siguen las mineras gracias a royalties ficticios que perpetuán la riqueza con los bienes naturales que debieran pertenecer a todo un país.


Un porcentaje importante de la población es consumidora de este placebo dañino y la juventud Chilena tiene uno de los porcentajes más altos de consumo a nivel mundial. Ansiedad, depresión, nerviosismo, estrés, son algunos de los elementos que están detrás de cada impulso para tomar un cigarrillo, la dependencia acompaña cada uno de esos impulsos. Los países que han mejorado sus índices de salud, han generado drásticas estrategias intentando obstaculizar de algún modo el libre consumo de dichos humos.

Otra droga legalizada definitivamente durante el siglo XX fue el alcohol, líquido que se relaciona y es uno de los factores más importantes en los hechos de violencia, delitos de toda índole, femicidios, accidentes de tránsito, peleas, etc. Por si fuera poco, en reportaje investigativo del quincenal “El Ciudadano”, se desmenuzó la propiedad de la industria del copete, el Sr. Luksic, el mismísimo del Banco Chile, Canal 13, Minera Los Pelambres entre muchos otros “emprendimientos”, resulta que es dueño de industrias cerveceras, grandes extensiones de viñedos y ahora último, ha comenzado también a acaparar la importación de los destilados que pisan suelo nacional para finalmente entregarse a las gargantas de Chile.

El alcohol, al igual que el cigarrillo, es una droga transversal a clases sociales, religiones e ideologías políticas, a la sociedad chilena la tiene completamente controlada y las angustias y celebraciones suelen acompañarse casi siempre de algún vaso con algo de alcohol. El frío, la alegría, el calor, las tristezas, en fin, todo momento es propicio para pegarse un guaracazo de algo. Un verdadero opio de todo un pueblo que se embriaga mientras quienes les venden el alcohol saquean recursos naturales y se hacen dueños de los derechos sociales, contaminan a la naturaleza y concentran poco a poco cada parte de la vida de una persona. El mentado Luksic, y otros tantos oligarcas son parte de ese entramado neoliberal casi perfecto elaborado en Dictadura y que tiene una constitución que le resguarda. Digo casi, porque tengo la certeza que no es para siempre dicho entramado.
Por último y no menos importante dentro de la legalidad de las drogas, aparecen los fármacos o medicamentos para controlar algunos de los desbarajustes que presentan las personas ante un sistema de vida que incomoda, molesta, pierde sentidos, esclaviza y estresa, sistema que a pesar de todo lo anterior, es objeto de deseo por una mayoría importante de la población mundial. Una omnipresente industria publicitaria para hipnotizarnos, una educación mercantilizada para alienarnos, unas siempre prestas corporaciones bancarias para acceder a los créditos que permitirán el consumo, y empresas farmacéuticas con pastillas para tratar los fastidiosos malos funcionamientos de alguno de nuestros organismos, hacen lo suyo para adaptarnos a un ordenamiento que evaluaciones cuantitativas y cualitativas demuestra que solo es beneficioso para una minúscula parte de la población. Todo el resto, trabaja y suda la gota gorda para que esa minoría pueda disfrutar de sus privilegios.

Chile tiene la capital del mundo con mayores índices de trastornos ansiosos y depresiones, su población juvenil junto a la de Corea del Sur ha tenido los más importantes incrementos a nivel mundial en suicidios. ¿Quieren más pruebas de que un sistema de relaciones basado en la competencia individual está causando estragos en la salud de la población?
¿Cómo se maneja esa situación por parte del Estado?, convoca para solucionar esto a una industria farmacéutica que presenta millones de ganancias, junto a ello, se avanza en legislaciones que hacen más fácil el acceso a la automedicamentación, por ejemplo, pronto se podrá comprar algunos remedios en los supermercados.

La medicina avanza más bien hacia tratar los síntomas y poco se preocupan de ir a las causas de los males, más dinero se gana con una población en constante medicamentación y con enfermedades que se vuelven crónicas, como crónico es también el depósito de dinero para acceder a los medicamentos.

Con la ingesta de pastillas que siempre tendrán alguna consecuencia en alguna otra parte de nuestro organismo, es común el fallecimiento de miles de personas debido a respuestas negativas ante tratamientos con dichos remedios químicos. Poca sale ello en los medios de comunicación, las farmacias invierten publicidad en ellos, las farMafias, esas mismas cuyo oligopolio de 3 firmas se coludió para subir el precio de medicamentos que salvan vidas. ¿Qué entenderán por ética sus dueños y directivos?
Algunos apelarán a la libertad de cada individuo para hacer con su salud lo que les parezca. Les compro el argumento, si dijeran lo mismo con el aborto, el consumo de canabbis y las drogas en general, la eutanasia, el acceso a otro sistema de jubilación y un largo etc que cada uno puede ir completando. Lo único que tengo claro, es que legalizando el autocultivo de marihuana en el país, las 3 industrias antes descritas y sus poderosos inversionistas perderían parte importante de sus ganancias, y en el mundo que ellos construyen, eso también significa pérdida de poder. 

@ReneSquellaSoto 

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