martes, 18 de diciembre de 2012

Isla Robinson Crusoe: En un punto de tierra en el Pacífico


Estoy en la Isla Robinson Crusoe del Archipiélago Juan Fernández, descubierta en 1574 por el marino español, Juan Fernández. Me separan 650 kms del continente y si miramos en línea recta, encontramos según muchos, el puerto de San Antonio.

 
Para llegar a la isla se vuela por los aires en una avioneta que sale desde el Aeródromo de Tobalaba si uno no es residente. Desde Torquemada en Viña del Mar, salen las avionetas con los residentes de éste paraíso recientemente afectado por un tsunami y un accidente aéreo. El pájaro metálico llega hasta una esquina de la isla, desde ahí, se tiene que bajar a un embarcadero para tomar un bote que te lleve al único poblado del archipiélago, San Juan Bautista.


Dicen algunos que el pueblo está en el mismísimo cráter de un volcán extinguido, un cono que voló hace miles de años y que dejó una parte intacta, la misma que ahora le da la espalda al pequeño asentamiento de poco más de 600 personas.  

La Bahía de Cumberland siempre está con botes de pesca listos para trabajar durante los 8 meses que dura la temporada. La Langosta Juanfernandina y el Congrio Dorado suelen ser los objetos de trabajo de los pescadores, oficio principal que se da en el pueblo junto al servicio público del Gobierno Local como del nivel central.


La naturaleza es generosa y las especies endémicas de flora y fauna son numerosas. Debajo del agua otras muchas especies son únicas también del lugar y son importantes en la alimentación de la comunidad, aunque absurdamente, en el jardín infantil del sector se les de jurel en tarro a los niños y niñas.  

 
El poblado está construido principalmente de madera y los árboles tienen miles de años compartiendo con quienes habiten estos territorios insulares. Desde Alejandro Selkirk y sus más de 4 años en solitario en la isla, pasando por corsarios de todos lados, por Alfred Van Roth como primera persona que consiguió el poblamiento de la isla en el siglo XIX, marinos alemanes de un Buque germano hundido en la 1era guerra mundial por la armada inglesa, y claro, los cientos de colonos que llegaron a vivir una vida en calma rodeada de la inmensidad del océano pacífico y de una isla cuyos rincones, comienzo recién a descubrir.



@ReneSquellaSoto

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