domingo, 22 de noviembre de 2009

LA RESISTENCIA CULTURAL Y FESTIVA DEL BARRIO YUNGAY

El pasado Domingo 15 de Noviembre los vecinos del antiguo Barrio Yungay de la comuna de Santiago, celebraron su 3er Festival Barrial. El escenario fue el Parque Portales y la razón del encuentro la misma de siempre, defender el Barrio patrimonial de la voracidad lucrativa de las inmobiliarias y de los políticos de turno que las apoyan.


Los vecinos organizados de Barrio Yungay hace rato que se vienen juntando y generando acciones que les permiten triunfos en la defensa de su espacio físico, el mismo que les acompaña desde toda la vida y que les permite comprar en verdulerías, carnicerías, almacén, feria o botillerías del sector.

16:00 hrs.
El domingo pasado no fue tal y dio cuenta de una fiesta ciudadana sin necesidad de entradas ni revisiones, compartir el arte que se crea con las manos, alimentos que se preparan ahí mismo y que servirán para apoyar la autogestión de alguno de los variados centros culturales del sector. Participaron también los libreros y quienes venden películas joligudenses, de cine arte, ecologistas, conspirativos, históricas, anarquistas, etc. Hubo igualmente vecinos del sector que se informaban para evitar la privatización de la recolección de basura de la comuna, “¡Existen alternativas más económicas y ambientalmente amigables!”, exclaman con propuesta en la mano ante la autoridad.

Abuelos, niños y niñas, madres con sus hijos, familias completas, punkies y hippies, rockeros y pachangueros, todos confluían y se encontraban.

Se bebía y se fumaba con libertad.

17:30 hrs.
La fiesta era total y por el escenario se paseaban artistas como la Banda Conmoción, Manuel Garcías y otros. Obviamente el puerto también apoyaba la causa barrial y el trovador Claudio Martínez era su representante. El animador explicaba el sentido de ocupar el espacio público para desarrollar actividades en donde los vecinos y vecinas se encuentren y compartan, en el que se compartan las fotos históricas del mismo barrio y se reconocieran los personajes que le han dado vida –Redolés entre los más famosos-.

Pasaban las sopaipillas con aderezos y las empanadas champiñon queso, fajas con diversos rellenos para todos los gustos y los completos que ya vendría a convertirse en el alimento nacional por sobre la empanada.

Se bebía y se fumaba con libertad.


19:00 hrs.
Aparece la fuerza pública -¿Quién la habrá pedido o mandado?, ¿Zalaquett?-, se sienten chiflidos en el ambiente y se enrarece lo que era una fiesta en donde incluso, las botellas que se rompían por alguna torpeza eran recogidas totalmente y depositadas en los ya casi atestados basureros del sector.

Los resguardadotes del orden –de algunos diría un mal pensado-, por fin parten dialogando con la organización pero no dejan de mostrar sus dientes fascistoides: Traen su típica micro verde oscura y la estacionan a una cuadra del escenario, pasan raudos los motociclistas por delante del escenario esquivando a los espectadores. “¡No se dejen provocar y seamos conscientes que estamos en una fiesta ciudadana” era el grito del animador aquietando los ánimos de los más revolucionados con la presencia ingrata de la policía.

Se bebía y fumaba con resguardo.


20:15 hrs.
Se escuchan los integrantes de la agrupación Chin Chin Tirapie quienes llevan toda la tarde murgueando por las calles del barrio, invitan a los vecinos a salir de sus hogares y participar del 3er Festival del Barrio. Aparecen por Calle Agustinas los trompetistas y las bailarinas, los chinchineros y varios tambores, también personajes enmascarados y el grito siguiendo el ritmo “No a Pascua Lama”. El escenarios de calle es de ellos y ellas por unos minutos y luego nuevamente al espectáculo.

Se venían los primeros premios anuales de Yungay elegidos democráticamente por la Asamblea barrial, también se esperaba la aparición de alguna autoridad que al parecer andaba haciendo campaña por otro lado pues no había sombras de nadie parecido. Redolés y Juanafé cerrarían la fiesta comunitaria autogestionada. Los puestos comenzaban a desarmarse.

A esa altura también aparece un nueva micro verde oscura de Carabineros de Chile y los “resguardadores del orden” empiezan a convertirse en tortugas ninjas. Casco en mano y escudos, parece que querían trabajar horas extras un domingo y se disponían de a tríos en lugares específicos del parque. Los organizadores preveían que pudiera “quedar la patá”, por lo menos eso les daba a entender la indumentaria de la policía.

Se empieza a ir la luz natural y en bici parto de vuelta a mi casa Shantiaguina para poder escribir esto. No sé que pasó finalmente con el Festival del Barrio Yungay pero claro…

… ya no se bebía ni fumaba con libertad.

Texto y Fotos
René Squella Soto

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